En el día de hoy un trabajador tuvo un accidente laboral al caerse de un techo que estaba colocando. Se venía la lluvia y quería terminar de clavar las chapas para que no se mojara las placas de yeso. Su preocupación fue al extremo de resbalar sobre la chapa húmeda y caer parado pero pesadamente al suelo, con el resultado de una fractura de peroné y tibia.
Tiene seguro, trabaja para una empresa, pero en el lugar alejado de las grandes urbes, solo contamos con la ambulancia de la Comuna que no viene al caso mencionar.
La lluvia caía despacio y el sujeto dolorido en el suelo esperando. No queríamos moverlo para no empeorar su condición.
Al rato cae la ambulancia con el médico y lo cargamos para trasladarlo al centro médico comunal. Se le hizo un suero y analgésico, pero el centro no cuenta ni con Rayos X, ni otros estudios complementarios. Solo la ambulancia para trasladarlo a un centro asistencial mejor equipado.
Tiene seguro de La Segunda. Con su número de póliza se llamó a quién debía determinar dónde trasladarlo. Hablaron sucesivamente con la operadora de La Segunda, la encargada de la empresa para quién trabaja, el mismo accidentado y el médico tratante. Este último, insistía en que le dieran un centro de derivación acorde al seguro que tenía el trabajador, sin embargo al no tener supuestamente un diagnóstico corroborado por placas, le decían que lo llevara a un efector público. El médico insistía en que por lo que veía clínicamente y se notaba, era una fractura de tibia y peroné. Así, una discusión sin sentido que terminó cuando el médico acepta llevarlo a otra localidad con mejor infraestructura, pero recalcándole a La Segunda su pésimo comportamiento.
Mientras el trabajador acostado en la ambulancia seguía preocupado porque sus compañeros terminaran el techo y que no se mojen las placas de yeso. Ese hombre simple, que vaya a saber por cuánto trabaja, pero responsable de su labor.
En fin, una mezcolanza de precarización laboral, falta de elementos básicos para la atención en salud, aseguradoras que no se hacen cargo de su responsabilidad. País en subdesarrollo.
Por eso, cuando se cree que la Deuda externa es algo abstracto, números que no podemos siquiera imaginar. Esto no es así. Se paga con ejemplos como este. Dinero que no se destina a las cosas más básicas. Precarización de nuestras vidas.